jueves, 20 de septiembre de 2007

Y mañana qué?

Hace unos años Jennifer me decía que mi vida era muy acontecida, que todos los días me pasaba algo, que si no era el carro era que me gritaban en la clase o que me ganaba un loco en la calle (todos los días uno se gana un loco). Sin embargo, desde que me mudé de Venezuela (hace más de 2 años) mis días acontecidos dejaron de venir a mí. Hasta este lunes. Esta semana he recibido algo distinto cada día.

El lunes, estando en Praga, se nos dañó el disco duro de mi computadora, donde están TODAS nuestras fotos, mis 2 tesis y los datos experimentales con las que pude escribirlas.

El martes, de regreso a Alemania, la primera página del pasaporte venezolano se pegó con la hoja que le sigue y no se pueden ver mis datos ni mi foto. El policía de frontera alemán se rehusa a ponerme en el sello de entrada en el pasaporte venezolano (a pesar de que ahí está mi visa) y se antoja de ponérmelo en el pasaporte de Estados Unidos, donde no tengo absolutamente nada que me relacione con Alemania ni con ninguna salida de ningún otro país, generando de esta forma una incongruencia en las entradas y salidas de mis pasaportes.

El miércoles, mientras volvía a casa después del trabajo, dejé mi llavero (llaves de la casa y las dos bicicletas) en el asiento del tren. Quién sabe en cuál "Lost and found office" de cuál estación de trenes de Alemania estarán ahora mis llaves.

Hoy, jueves, bien tempranito, me eché mi yogourt líquido encima, manchando de un blanco lechoso y con olor a tetero mi pantalón, camisa, bufanda y bulto. Obviamente hoy es uno de esos días en los que me despierto con ganas de vestirme bien porque no voy a trabajar en el laboratorio sino en la oficina. Botas, pantalón bonito, camisa planchada, bufanda que combina... ese tipo de cosas que uno no se pone si va a pasar el día trabajando con solventes tóxicos y cargando una bata de laboratorio encima todo el día y que te cubre desde el cuello hasta más abajo de las rodillas.

Cada evento lo he recibido con una sonrisa al mejor estilo mona-lisa. Sin embargo, no sé qué va a pasarme mañana.