domingo, 14 de febrero de 2010

no ha parado de nevar

Juan se llevó la cámara, no puedo tomarle fotos a la vista que tengo desde mi ventana. La vista no ha cambiado mucho en los últimos 4 días. Simplemente no ha parado de nevar. Anoche las calles estaban congeladas, literalmente. Nunca había visto eso aquí. Había tenido suerte y los inviernos no habían sido tan inviernos. Había nieve, pero poca, en las mananas, y se derretía con el sol durante el día. No he visto el sol. No he visto el círculo amarillo. Hay claridad, ahora hasta las 6.00 pm, pero no he visto el sol. Es como si prendieran unas lámparas blancas en el cielo pero no se ven nunca los bombillos. Como decía, ayer las calles estaban congeladas, era como una pista de patinaje barata porque la capa era delgada y poco uniforme, pero capa de hielo al fin. Los copos de nieve son bellos, se ven super bonitos cuando caen en los guantes. Los pies siempre están fríos. Creo que necesito mejores medias. Basta de divagar. Juan está a 9 horas menos pero 9 grados más. Sí, basta.

jueves, 11 de febrero de 2010

al otro lado del mar

no sólo al otro lado del mar sino al otro lado del país con el que uno se encuentra una vez nadado el Atlántico. 8h30min de diferencia. una vez pasamos 1 semana a 9h de diferencia. una vez pasamos 3 anos a 6h de diferencia. uno cree que si uno duerme mucho después de trasnocharse, uno se recupera. uno cree que si uno come mucho después de haber pasado mucha hambre, ya no se va a volver a tener hambre. la necesidad de comer, de dormir y de estar con la persona que uno ama, con quien uno decidió pasar cada día de su vida (y de bajada, mira que en la vida hay muchas), ni se almacenan ni se recuperan con excesos. el dano que hace no dormir o pasar mucha hambre no se recupera. poco a poco la piel pierde juventud, los ojos se cansan, el estómago se debilita. no importa si luego uno duerme mucho o come bien, lo hecho hecho está. así que no importa si después de ese tiempo de distancia uno pasa cada día juntos o si te escapas un mes con esa persona a solas: cuando no lo tienes, te hace tanta falta como el sol. y cuando ya lo tienes, resientes esos feos momentos de soledad.

martes, 9 de febrero de 2010

qué pasó con Peter y Alba?

Peter y Alba murieron. Duraron lo que tenían que durar, o menos, en realidad. Al parecer el agua tenía algún hongo o le cayó del aire, pero al final las hojas tenían manchas blancas y no quisimos seguir comiendo esas hojas así. Tuvimos que sacrificar a las matas. Vaciamos el matero y lo guardamos. Por respeto y Peter y Alba no hemos vuelto a usar el matero. Sin embargo, y como no todos somos irremplazables, tenemos otro Peter y dos Albas. No comparten tierra. Están juntos pero no revueltos.

Ahora tenemos más plantas. Tenemos 2 orquídeas, Stella Serena que nos regalaron Sonya y su mamá y la otra que no tiene nombre todavía -a pesar de que la llamamos "la otra orquídea"- que nos regaló Andrea. Está Palmero que es, qué creen?, sí, una palmera. Se la regalaron Grzegorz y Marta a Juan por su cumpleanos en el 2008. Está Pimienta que es un jade. Está Parchita que es una palmera alta. La pobre ha sufrido dos accidentes contra el techo por ser tan alta. Todavía está Matilde por ahí, un poco desnuda por los momentos. Ella cree que vive en la calle y le afecta el otono y el invierno. Hace unas semanas rescaté a una mata de mi oficina. Mi companera olvidó ponerle agua durante todo diciembre. La pobre estaba casi muerta cuando volví en enero. Así que, como la gente que recoge animales de la calle, yo me puse a recoger matas. Está en casa, pero no se recupera. Mi teoría es que ya las otras matas se presentaron con nombre y apellido y ella se dió cuenta que no tenía nombre. Creo que sigue sintiéndose fuera de lugar. Necesita nombre. Ah, está el bamboo del bano, pero él se llama Bamboo. Sí, todas tienen nombre. La nueva necesita un nombre urgente pero no se nos ocurre nada.

de vuelta?

Hace unos días me provocó volver a escribir. Todavía no sé de qué. Pero me provocó escribir de nuevo, de nosotros. Ayer Juan defendió su tesis de doctorado y le dieron la mención más alta que le podían dar. Orgullos?, felices?, tranquilos? sí, sí y sí. Nos casamos en diciembre en Caracas y fue un día genial. Fue un día soleado y brillante. Ahora soy parte de la iglesia católica alemana y recibimos invitaciones de la iglesia a los eventos que organizan. No sé por qué me provocó escribir, pero aquí est(amos)oy de vuelta. Creo.