Resulta que Juan Antonio se fue a una conferencia en Verona por una semana y el viernes se cumpliría nuestro primer mes de casados... así que el domingo antes de irse me dejó un sobre que decía "Ábreme el viernes 23.02.07" y yo como buena yogui wanabe me esperé toda la semana sola en la casa sin abrir el sobre. Y pensando que adentro encontraría un cupón de todo el día para un spa, porque entre las indicaciones que Juan me dió estaba claramente "pide el viernes en el trabajo, porque el regalo te va a tomar todo el día".
Llega el viernes y las 7.00 am y me despierto. Llamo a Juan a su hotel y hablando con él abro el sobre... para mi gran sorpresa... un pasaje por avión a Verona, para ese día a las 3.15 pm.
Terminamos de hablar y comienza mi odisea... dejar la casa impecable antes de salir de viaje, hacer la maleta, banarme, vestirme y salir antes de las 9.30... lo logré y comenzó el día en el que he tomado la mayor cantidad y variedad de medios de transporte... me faltó un barco.
Tomo un tranvía hasta la estación, tomo un tren a Frankfurt, tomo un autobús hasta el aeropuerto... el aeropueto... resulta que desde hace unos meses hay una nueva ley con la que te prohiben llevar más de 100 ml de líquido en el equipaje de mano... y como yo iba por dos días... lo único que llevaba era equipaje de mano... me hicieron botar mi crema exfoliante y un refresco que me había comprado para pasar el sandwich de pechuga de pavo. Pero lo peor de todo es que en otro compartimiento del bolso llevaba un pote de crema de 250 ml y no lo vieron... qué seguridad es esa... no sé. Me hicieron quitar abrigo, suerter, bufanda... hasta las botas!!! y quedarme en medias... pero no vieron un pote de crema que era ilegal llevar en mano... Bueeeeee... qué se puede decir...
Tomo mi avión junto con un campamento de italianos. Por mala suerte mía quedo atrapada en pleno grupo, rodeada de jóvenes que no hacían más que quejarse de la cola para tomar el avión y nombrar a todos los amigos que iban a ver cuando llegaran a Verona y lo que harían el sábado por la noche. Una de las muchachas (las más grosera de todas), me tocó al lado y cada vez que quería isultar a algunos de sus compatriotas... me gritaba, no, no me gritaba, me chillaba en el oído todas las groserías italianas que he escuchado alguna vez.
Al fin llego a Verona!!!! está el Juan esperándome en el aeropuerto con su amigo Andreas, nos fuimos al hotel y luego salimos a conocer la ciudad. Tomamos un autobús, que por cierto también tienen asientos vandalizados como en Caracas.
Nos pasamos la estación... llegamos a la estación central de autobuses y tuvimos tanta suerte que el chofer era ultra pana y nos montó de nuevo en el autobús y nos llevó a nosotros solos al centro de la ciudad, le dijimos Grazie, Grazie, como 10 veces cada uno y nos bajamos con unas sonrisotas a pasear por, como diría Juan toda la noche, la ciudad de Romeo y Julieta.
Nos dejó en la plaza Bra y por ahí estuvimos un rato caminando. En la misma plaza está La Arena di Verona, que es un mini coliseo, donde actualmente queda la opera.
Caminamos por las calles de Verona que, iguales a las de otras ciudades de Italia, tienen edificios que se están cayendo, donde las ventanas están oxidadas o la madera está completamente agrietada, pero abajo tienen las mejores tiendas de ropa, accesorios, carros y motos, con una iluminación y un decorado fenomenal, con los materiales de construcción y sistemas de seguridad más nuevos porque lo que resguardan vale su peso en oro. El contraste es increíble, es hermoso. En la foto no se ve bien, pero en general las calles son así...
Las calles están llenas de heladerías, unas muy serias como esta...
otras más estrafalarias como esta... donde, por cierto, detrás del mostrador estaban 3 latinos (lo supimos por el acento de su espanol...)
Pasamos por el edificio con el que le han sacado el dinero a la gente... el edificio donde está el balcón de Julieta. Las paredes están grafiteadas con "aquí estuvo Gerardo", "I love you Katie", "Ivette & Julien"... además de papeles escritos a mano y pegados a la pared con chicle.
La noche estuvo muy rica, paseamos y la disfrutamos hasta que se nos acabó el centro de la ciudad. Al otro día nos paramos temprano y después de un desayuno sustancioso, comenzamos nuestro viaje de vuelta a Karlsruhe, pero pasando primero por la hermosa ciudad? villa? pueblo? de Sirmione. Aquí les dejamos las fotos satelitales de Sirmione así como una serie de mapas, cortesía de Google Earth.
Como ven... Sirmione queda en la punta de un pequeno estrecho del Lago Di Garda, la ciudad tiene un ancho máximo de aproximadamente 620 metros y un largo de varios Kilómetros. La entrada a la ciudad es por la puerta de un castillo.
Vendían cosas muy ricas como pimientos...
... y coco!!!!!!!!!!!!
Al entrar fuimos hacia la izquierda y llegamos a la zona del paveo... puros restaurants con las mesas afueras y los edificios eran puros hoteles... era como una calle ciega que terminaba en un mini puerto del lago.
Luego caminamos por las callecitas y bueno... la pinta de las pizzas era fenomenal...
y la de los helados artesanales...
que, obviamente, no dejamos de comernos uno... de coco!
hace falta decir que estaba ultra-bueno?. Luego fuimos al otro lado de la ciudad y entramos en el castillo para bordear la orilla del lago.
... el paseo seguía y la tiendas eran bellas y tenían de todo, las calles y algunos edificios eran de piedra, Juan pensó en ahorrar dinero para comprarnos un apartamento en este edificio...
Luego subimos una colina y llegamos a esta iglesia, que fue construida durante algunos anos del siglo 800
Se nos acabó la ciudad y emprendimos el camino de regreso a casa. Tomamos una autopista con la que atravesamos Suiza y llegamos a Kalrsruhe. El paisaje era bellísimo, ni Juan ni yo hemos ido a ninguna ciudad de Suiza, pero hemos pasado el tren o en carro y la verdad es que tanto en otono como en primavera, vale la pena fotografiar las montanas suizas.
Aquí la gente maneja de una forma muy particular. Digamos que hay sólo dos canales por la autopista. El canal derecho para los lentos y el izquierdo para los desesperados que se te pegan atrás a 160 Km/h y hasta que no te cambies al canal izquierdo no desaceleran. A menos que, como nos pasó varias veces, el carro que va adelante no pueda ir más rápido y el de atrás tenga que pegar unos frenazos que nos hicieron creer que no íbamos a llegar a casa. Iba manejando un companero de trabajo de Juan, que por lo visto una semana fuera de casa lo iba a matar y necesitaba llegar con urgencia y en el tiempo más corto posible a Karlsruhe. En algún tunel de Suiza se volvió loco y pisó ese acelerador como si el pié le pesara toneladas... de repente vemos una luz azul que se prende y se apaga... y me explican que violó el límite de velocidad dentro del tunel y le tomaron una foto para mandarle la multa. Así que bueno, no sé en qué quedó lo de la multa, porque el carro era del instituto de Juan. Y yo creo como el carro no era de él, le sacó todo lo que pudo.
A pesar del stress que estaba matando a Juan y de mis frecuentes sustos cuando el teníamos la maleta del de adelante a menos de un metro e íbamos a 170 Km/h. Ah porque en lo que pisamos suelo alemán yo sentí que nos habíamos montado en una montana rusa... ese pié le iba a atravesar el chasis del carro, íbamos a 180 Km/h y ahí sí me asusté porque además habían más carros en la autopista. Pero bueno, a pesar de todo eso, llegamos a casa sanos y salvos. Cuando nos bajamos del carro Juan y yo nos abrazamos y entramos corriendo a la casa.
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