EDITORIAL
Estimados padres, amigos, familiares, panas, conocidos y demás:
Muchos de ustedes se habrán preguntado qué ha ocurrido recientemente con los pontes. Otros estarán sorprendidos por la falla logística de nuestra última entrega cuyo link parecía no funcionar. Otros sospecharan que, como muchas cosas en la vida, la pasión lentamente se apaga y por eso hemos disminuido el número de entregas. Sin embargo, muchos de ustedes desconocen lo que en realidad pasó y lo que en definitiva nos llevó a tomar una pausa espiritual para repensar el sentido de este blog. He aquí la historia.
Durante el mes de Abril tuvimos un visitante, llamémoslo X, hospedándose en nuestra casa y compartiendo la intimidad de nuestra pequena, pero ya muy famosa familia. Durante su estadía compartimos muchos momentos bonitos del día a día y aprendimos una que otra lección acerca de la flexibilidad y la tolerancia. Por ello, fue nuestro deseo incluirlo en nuestro mundo, así como lo habíamos incluído en nuestra vida y casa, para que todos ustedes lo conocieran y compartieran nuestras vivencias con él. Sin embargo, al parecer, tropezamos con un hueco jurídico al no reconocer que nuestra privacidad no es nuestra si es compartida con otra persona. Es decir, a pesar de tratarse de eventos que nos pasaron a nosotros, dentro de nuestra casa, pues como tuvieron lugar con otra persona, esa otra persona estaba y está en todo el derecho de solicitar que ni su nombre, ni fotos que lo impliquen de algún modo sean publicadas por este medio tan globalizador. Conclusión: X solicitó explicitamente que omitiésemos su entrada. Y a pesar de que su solicitud no fue de carácter inmediato su entrada no duró más que unas cuantas horas por lo que muchos de ustedes no pudieron verla. Como resultado, la editora general de la presente publicación entró en un conflicto de ideas que desde entonces le ha impedido publicar nuevas entradas. Razón por la cual, yo, co-editor en jefe, me he visto forzado a tomar cartas en el asunto para explicar lo ocurrido y pedirles a ustedes nuestros fieles y a nuestros, en otros casos, adúlteros lectores, que nos digan lo que opinan.
Es necesario pedir autorización formal a una persona antes de mencionarla o tomarle una foto? Es que acaso es necesario en algunos contextos y en otros no? En tal caso, qué define la diferencia entra la falta de respeto a la privacidad del otro? Qué ocurre con las cientos de fotos que a diario son tomadas a miles de personas sin permiso ni autorización alguna? Es que acaso cada vez que salimos a la calle no estamos expuestos a miles de cámaras analógicas que con un parpadeo graban millones de gigabytes de imágenes? Es verdad que muchos de nosotros somos en extremo pudorosos, pero es que acaso no es cierto que desde que nos mostramos a una persona, ya la impresión que dimos o dejamos nos deja de pertencer? Qué diferencia hay entre una cámara y artículo de opinión sobre un candidato presidencial? Francisco Herrera Luque, psiquiatra e historiador, en sus libros hace análisis históricos de la personalidad de personajes con nombres y apellidos, dejando al descubierto todas sus patologías. No es esa una invasión mucho más drámatica de la privacidad de una persona? O es que la muerte le quita sentido a la privacidad?
Atentamente
Su Co-Editor en jefe
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8 comentarios:
Los po(te)ntes pontes han vuelto y yo, célebre, lo celebro.
Eso sí, debo objetar la mención al desescribidor herreraluque (nada que ver, ni de lejos, conmigo), pues desescribía con torpeza manifiesta y, como ¿psiquiatra? abusaba del electroshock con sobredosis sobre las enloquecidas cabecillas de sus pacientes.
Así que procuren usar referencias bibliográficas más respetables o ¿será que este post está subvencionado por la fundación herreraloca, digo herreraluque?
Ah, y ojo con los huéspedes (en casas y blogs).
Aquí voy again: en cuanto a los huéspedes, pues que sean antológicos y breves.
¿Vale?
Bueno hijos, que sé hace? Cada quien y cada cual con su manera de pensar.
Sigan publicando y haciéndonos disfrutar sus post, no le den más vueltas al asunto. Somos muchos -y me incluyo- los que estamos ávidos de sus aventuras y desventuras a tantos kilómetros de distancia.
Besos y más besos.
La curiosidad me mata cada vez más. No pude captar quien era el huésped X. Pero, Bienvenidos nuevamente a este mucdo bloguero.
Bye
Los felicito por el blog, me divierto cada vez que lo leo y soy la primera curiosa que lee las entradas cuando veo en el nick de Kim "nueva entrada en el blog"... Juan no nos conocemos pero me alegra que hagas feliz a Kim y viceversa...
Afortunadamente yo si tuve la oportunidad de leer la entrada del Huesped, seguro no le gustó que publicaran su "pequeño" desorden...
Cuidense mucho y sigan escribiendo!!
Bueno,yo no sé si estoy haciendo bien esto de escribir un comentario. Sólo quería decir que como este medio (por suerte, al menos mía) no es aún el
único para enterarse de las cosas, puede haber alguien que sepa quién es el huésped sin haber leído nunca nada. En este caso, me imagino que lo único apropiado es dejar mi comentario anónimo. Y para no confundir las cosas, firmarlo: Y. (Y así que sea un por qué, a parte de una incógnita más)
Bueno Muchachos, yo no sé quién es X...ni tuve mucho tiempo de leer toda la cita. La verdad simplemente me contenta de que finalmente tengan un link que funcione y no aquellas cosas incomprensibles que aparecen en el nick de Kimberly. Me alegra haber visto sus fotos del matrimonio!!! Me siento muy feliz por uds dos!!
Un abrazo!
nota que atañe también al huesped: me parece que con lo de quedar anónimo se pierde, junto con la identidad, toda responsabilidad. uno, como X o Y, se vuelve sustituible. ayer de noche entendí que ése es precisamente el truco de las variables. y justamente lo que le falta a la persona.
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