domingo, 24 de junio de 2007

Darmstadt

En esta y las próximas ediciones les traemos nuevas ciudades, personajes e imágenes, que esperamos los hagan vivir un poco de éso que pudimos disfrutar. Entre mayo y junio hubo unos 4 puentes en Alemania, entiéndase fines largos donde uno se roba o pide el viernes o lunes dependiendo del día en que caiga el feriado. De todos los puentes, decidimos tomarnos el último para hacer un viaje tan jugoso como pudiéramos. Objetivo: ver tanto y visitar tantos amigos como el tiempo nos permitiera, así como relajarnos y sentirnos como en unas VACACIONES, porque en realidad lo fueron. He aquí el primer episodio de nuestras aventuras.

Comenzamos saliendo de Karlsruhe el jueves 7 de junio a las 8 am rumbo a Darmstadt, ciudad a 20 minutos de Frankfurt donde vive nuestro amigo Marc. En el tren el ambiente era de fiesta de verano, la gente que se montaba traía sus cavitas llenas de cerveza, llevaban shorts, franelas, gorras, como si fueran a la playa, aunque probablemente iban a acampar y tomar sol en una grama.

Llegamos a Darmstadt. Marc nos fue a buscar a la estación y nos tenía preparado todo un tour de la ciudad en 2 horas. Nos llevó primero al centro de la ciudad donde hay dos grandes plazas con callecitas alrededor, cafés, tiendas, restaurants, heladerías y demás. Luego subimos la colina High Class (entiéndase pimpirin nice) de Darmstadt y encontramos al final estos edificios tan particulares, una capilla de matrimonio a la izquierda y una iglesia rusa ortodoxa a la derecha.




Detrás de las iglesias estaba un edificio que no llegamos a saber de qué era. La entrada era especial, como la iglesia de bodas y toda esa zona donde estábamos. Era la primera vez que veíamos en Alemania una diferencia entre una zona residencial y otra, porque generalmente todas las clases sociales están mezcladas, si es que se puede hablar de clases sociales dentro de la economía social de mercado de Alemania. Por eso nos sorprendió que aquí en Darmstadt se pudiese distinguir muy bien entre las zonas adineradas y las menos afortundas. Pero volviendo a la entrada del edificio, tenía colores y materiales que no habíamos visto nunca en Alemania, también el estilo de las letras era diferente y los adornos del arco de la entrada no los habíamos visto en ninguna otra entrada aquí. Resultó pues que todo esto no era coincidencia y se trataba de un estilo artístico que nació en München y en este pueblo a mitad de la nada, y que lleva por nombre Jugendstil y que está íntimamente relacionado con el más famoso movimiento del Art Noveau o modernismo. He aquí una pequena muestra.



Otra muestra de la "rareza" de la ciudad... un gato con la pata enyesada...



Bajando de la colina paramos en un café a tomar unos jugos tan potentes que se llamaban "Vitamin bombs". Luego seguimos hacia la oficina de Marc y en la calle de atrás de su trabajo nos sorprendió un edificio de Hundertwasser, llamado die Waldspirale, que curiosamente no lleva el nombre de su creador por no haber cumplido sus expectativas (WTF???). Si quieren fotos del edificio, creo que lo mejor es que vean el link de internet, pero aquí les dejamos unas que tomamos nosotros.







Después de apreciar el edificio desde la acera y la azotea del edificio donde trabaja Marc, nos tomamos unas Bionade (versión alemana "Bio" de gaseosa), cortesía de la companía de Marc y dimos un tour por las oficinas. Todo esto, dentro de una campana publicitaria de Marc por tratar de convencer a Juan Antonio de que trabaje allí... asumo que para volver a ser companeros de ping pong, perdón de trabajo.




Luego Marc nos invitó a su casa a comer. Disfrutamos de un almuerzo muy fresco en el balcón: couscous, tomates, quesos, pan, albahaca fresca (recién cortada del matero y que, por cierto, no tiene nada que ver con unas compradas), paté, todo muy variado, rico y, sobretodo, frío. Junto con un vino blanco y luego unas radler bien frías hemos pasado tres horas muy gratas en casa de Marc. Para finalizar, una bomba de vitaminas home-made como postre a base de moras, cambur, peras, duraznos y nueces, que nos comimos como helado-compota-mousse y que nos dio las fuerzas necesarias para despedirnos de Marc y de ese día tan rico que estábamos terminando de pasar.





A eso de las 3.30 salimos de casa de Marc hacia la estación y nos despedimos con abrazos y "hasta pronto". Tomamos un tren directo a Berlín y nos prepramos para descubrir un Berlín nuevo; mucho más soleado, con mucha gente en la calle, exposiciones temporales "aus New York", varios conciertos y nuevos amigos.

1 comentario:

©Lorena Miranda Márquez dijo...

Usssssss, que rico todo lo que hicieron, conocieron y comieron allá en Darmstadt ;)
Pero no sé, a mí no me gustaría vivir ahí... hay cosas que parecen de mentira o como de burla, y eso no me cuadra, pero bueno, espero que Marc la esté pasando muy bien ahí!!!

Me pareció increible el edificio hecho por el señor que mencionaron que dado por su nombre tan largo ya se me olvido :$

Los extraño mucho y espero que pronto publiquen otro post :)