Esta entrada la vamos a dedicar al
zoológico de Berlín: casa de
Knut, la última celebrity alemana, y otros animales no tan famosos como él, pero igual de desdichados al tener que vivir ahí.
Cómo que desdichados? qué sabe ella qué es la desdicha? qué sabemos nosotros con nuestras vidas organizadas de primer mundo lo que es la desdicha? qué saben los defensores del mundo y todos los ecosistemas que alguna vez hayan existido sobre la desdicha de esos animales? es que acaso no pueden ser estos ejemplares de zoológicos los más afortunados del reino animal? los jerarcas? los que llevan una vida de lujos y placeres? los que se pueden regocijar con sus humanos domesticados cuidando de todas sus necesidades y antojos? qué saben ustedes si esos animales se deleitan con el desfile de especímenes de formas, colores y tamanos distintos que pasean por su trono cada día? si se maravillan ante la variedad humana que sus empleados ponen a sus pies? cómo podemos hablar de lo que no conocemos? cómo podemos hacernos voceros de una causa que nos es ajena? qué nos ha hecho tan ingenuos para creernos capaces de separar el mundo en malo y bueno, en afortunados y desgraciados, en primer mundo y tercero, en animales y humanos? Sea como sea, he aquí el relato.
Nuestro último día en Berlín lo dedicamos al zoológico. Teníamos 3 horas para ver a todos los animales y disfrutar del parque. Juan Antonio, un poco escéptico ante la idea de ir a un zoológico, tuvo el comportamiento más inesperado. Desde que llegó no paró de tomar fotos. Se alegró de que una de nuestras entradas tuviera la foto de Knut y no la de un hipopótamo o una guacamaya. Contemplaba a las aves más raras, con bigotes, con crestas al mejor estilo de los 80's, con mezclas de colores exóticas y de los lugares más recónditos del mundo. Para muestra:
Bueno, pero vamos a lo que vinimos... Knut. Resulta que el osito es tan famoso que se hacen colas para verlo de cerca. Está claro que NO hicimos la cola. Nos paramos sobre unos banquitos que estaban un poco alejados pero lo vimos suficientemente cerca como para mostrarles esta imagen de él con el senor que lo cuida.
Hablando del que lo cuida. Al parecer hay mujeres que piensan que ése es el prototipo del hombre perfecto: fuerte y varonil, pero dulce y lo suficientemente considerado como para encargarse de un oso. El senor debe conseguir muchas citas desde que cuida a Knut, porque hasta entrevistas le han hecho. Después de jugar un rato, meterse al agua, escapársele a los espectadores, sacudirse y volverse a ensuciar con tierra, cambian al público y otra tanda de unas 30 personas pasan frente Knut a inmortalizarlo en fotos y/o videos.
Lo que no todos saben es que Knut tiene su espacio privado donde toma sol, duerme y descansa de los aplausos. Encontrar el lugar tiene que ver un poco con la suerte y con las ganas de ver otros osos que no sean este pequeno famoso del mundo animal. En nuestra búsqueda de osos panda y "Baloos" hemos encontrado de último, entre rocas, al trabajador más joven del zoológico. Sin colas ni esperas, hemos compartido con él la tranquilidad de dormir recostado de una piedra caliente, sin mucha bulla. Vimos cómo su madre buscaba la grieta entre las rocas que la llevaría a la morada de su bebé. La mamá y el papá de Knut viven separados de él. Yo tengo una teoría de por qué la mamá de Knut no quiso alimentarlo cuando nació: no quería que su hijo viviera en cautiverio y prefería dejarlo morir. Pero, como ven, todavía no sé nada de psicología animal.
Se preguntarán por los otros animales del zoológico. Aquí les van los otros osos, los pingüinos, los camellos que acababan de cambiar su piel días antes, los búfalos y, para finalizar, la historia de amistad entre Juan y las cabras y chivos en el baby-zoo.
(sí, el panda se ve super triste, y la verdad es que ni lo vimos pararse del piso)
Al final del paseo entramos al baby-zoo. Como es de esperarse habían ninos que querían montarse sobre los pobres animales como si fueran caballos, habían otros gritando de miedo, no llorando, gritando. Mientras otros, más genuinos, de unos 25 anos, abrían los ojos sin pestanear, con un dulce brillo ante la idea de poder jugar un rato con esos amistosos animalitos. Aquí tienen a Juan Antonio, disfrutando de su última manana de esas vacaciones cortas pero definitivamente sustanciosas que nos regalamos. Que lo difruten tanto como lo hicimos nosotros. Y hasta la próxima, con "Berlín IV. Todo lo que sube baja".
(qué se estarían diciendo? me estarían preparando una sorpresa?)
p.d.: Con respecto al título, agradecemos el préstamo y la inspiración de un amigo, de un papá (léase "ABZoo del Arca de Noé" de
Javier Miranda-Luque, editorial San Pablo, Caracas, 2006.)
3 comentarios:
Pues yo es que creo que OSO FELIZ es el OSO POLAR (y sus dueños, sobretodo).
Ni siquiera el oso Yogui (de sexualidad bizarra: quizás era gay y lo ignoraba o escamoteaba; no se atrevía, vaya, a salir del closet o de la cueva, como quiera que sea).
abraZOO con garra, Javier.
(ah, y bébanse par de birras -no polar, please- a mi salud y a la vuestra también)
HOLAAAAAAAAAAAAAA! =D
Que bonitos son :)! Me hicieron caso y fueron al zoo a ver a Knut(cito) que ya tan chiquito no es :(
Pero que bellas las fotos que le tomaron se ve igualito de cuchi de cuando era más bebé! :D
Y otro animalito (ya evolucionadisímo) que encontré muy bonito, cuchi y delicado es el Juancito! Que jugando con las cabras y con los otros animalitos del BABY-ZOO se ve muy bonito :)!
Por ahora, los dejo y esperando la entrega IV de Berlín!
El Cosquillito, que los quiere muucho!!!
Hi desde Hawaii
Espectaculares sus fotos, me encanta ver sus fotos, disfurten muchos, sigan enviando la historia de los Pontes.
En espera del proximo Berlin.
Thamy
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